Armas amorosas

Si ilustraras una leyenda o novela creyendo que es un lobby o un hobby librarías miles de batallas inauditas y feroces, o tal vez batallas pacíficas, como esos misiles colegas que vendemos, que ves y en vez de volarte los putos sesos y de paso construcciones, seres vivos y no vivos, plantas, enciclopedias, botijos, cañerías y cualquier casa susceptible de estallar, arrinconarte y defraudarte con dolor y humillaciones de ruido, en vez de eso, el misil se transforma en amable y transgénico para chocarte los cinco y no volártelos, no hay muñones tras las demoliciones, no municiones, sólo alegría, bondad, compañerismo, detonamos flores con las armas inteligentes, el mundo se vuelve un festival jipi donde compartir mikados, galletas, macetas, tiestos.

Los pies no huelen, se infiltran por las cortinas, los ataúdes, las solapas, perdón no hay ataúdes que son armas amorosas casi podríamos decir que poliamorosas porque en lugar de sangre, mutilaciones, tocones, órganos destrozados, viviendas ídem, solo deja un reguero de emociones positivas, de esas que los libros y cuentos modernos infantiles te explican como identificarlas, por si acaso tú no supieras que si hay un niño de dos años muerto en la orilla de una playa y otro de la misma edad hipermultiregalado en su cumpleaños y en su día a día tienes que sentir rabia, furor y un cabreo inconmensurable mucho más poderoso que los putos misiles “amigos” destrozamundos inferiores, menores, como los versos. Sois una puta mierda, no, no, no lo digo yo, te lo decimos todas y todas somos vosotras, aunque nosotras somos unas todas que nacimos en lugares en los que las bombas nos suenan de oídas, no se las espera, está la amenaza y cualquier día puede pasar, pero no se las espera en el desayuno cotidiano, ni esperamos morir con nuestro hijo en brazos atravesando miles de kilómetros a pie en compañía de humillaciones, vejaciones, violaciones, obligadas a abandonar el lugar donde hemos nacido, crecido, porque es un sitio chungo, ahí puedes estar pero habrá pepinazos y sangre y gritos todos los putos días, vente al mundo mejor donde no te encontrarás a familiares desbrozados y ensangrentados después de comer, en caso de que haya comida y no te enviemos leche de fórmula donde no hay agua potable y la liemos pardísima, es que el primer mundo quiere ayudar, tienen muy buenas intenciones, pero las buenas intenciones con ignorancia y arrogancia matan igual. No nos importáis niños muertos, embarazadas muertas (violadas y muertas), personas muertas, no nos importáis, no habéis nacido en un país que importe y, además, las pateras están demodé, es mejor morir en tu país bajo algún misil hermoso y abrazador, perdón soy argentina, abrasador...
Armas que se adentran en la oscuridad celeste de tu cerebro, que se enroscan, instalan, matan de amor, pero matan, como si desenroscar no fuera lo suficientemente expansivo y comieras aquellos sesos de algún tipo de sopa en algún tipo de cabeza de mono que degustaban en algún tipo de película de Indiana jones, como si corrieras y hubiese serpientes y toda la morralla delictiva del mundo te hiciera daño y te comiera los cachetes a misiles. Vete, amor vete, el amor que como onda expansiva te coloniza, nunca es amor y además

MATA.

Silvi Lameiro

Entrada publicada en la penumbra de un blog el 21 junio de 2019.
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